jueves, 22 de marzo de 2018

GEOPOLITICA DE LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
LO CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

miguel angel herrera zgaib
Observatorio del posconflicto y elecciones 2018
La égida del neoliberalismo no llegó sola, sino acompañada de la corrupción política a través de los negocios, con que sembró a toda América Latina con minas que vienen explotando con mayor o menor alcance, según sean los escenarios, y la relación entre las fuerzas políticas enfrentadas.

Así será la cita en Lima, con la presencia de presidentes con "olor de guayaba", desde Mr. Donald, Peña Díaz, Macri hasta Juampa, sin olvidar al ex anfitrión defenestrado, Pedro Pablo procónsul neoliberal en el Perú "milagroso". Él hacía cuentas alegres, y prohibía el ingreso del presidente Maduro. Uno de tantos. a quien ni Santa Rosa de Lima logró salvar de todas las asechanzas del predominio de la economía política, el contagioso virus de la corrupción que afecta a la gran mayoría de los gobernantes de América.

A nuestro presidente, Juan Manuel Santos, lo tocó la onda explosiva de la caída de Pedro Pablo Kuczynski, a quien no le quedó más camino que renunciar, cuando Keiko, la hija mayor de Alberto Fujimori hizo filtrar cuando menos un video en que su hermano compraba votos a un congresista para evitar su destitución. Ella misma amenazó con hacer públicos otros más, y "santo remedio."

El tristemente célebre PPK precipitó su renuncia, por escrito, ayer miércoles, sin reconocer, claro está, responsabilidad alguna, en sus tratos con Odebrecht, y con el aparente hecho de su salida, el cohecho: el grosero intercambio de coimas y dádivas, de favores para evitar su salida del gobierno peruano al final del año 2017.

El más notorio de todos los "crímenes disfrazados" correspondió, como es sabido, al burdo indulto que concedió ipso facto al expresidente Alberto Fujimori, que revivió en un santiamén de sus dolamas, una vez que tocó el hogar, dulce hogar, que le negó de por vida a tantos otros.

¿Y Colombia?

Fujimori y Uribe Vélez fueron hermanos cuasi siameses en el modo de gobernar, y de entender la seguridad para todos, que el exitoso ganadero colombiano embadurnó de "democracia," y que terminó convirtiéndola en la orden ministerial que, por interpuesta persona, autorizó la barbarie humana de los "falsos positivos", que ya redondea las 6.000 víctimas, dicen los más críticos de aquel dantesco espectáculo, montado en el tinglado de la seguridad para tod@s.

Sin embargo, Fujimori fue procesado por crímenes como el de la Cantuta, y está aún pendiente de un proceso penal, la liquidación que autorizara, sin fórmula de juicio, del comando guerrillero que ocupó la embajada del Japón en la ciudad de Lima. Fue condenado a pagar cárcel por un cuarto de siglo, del que quedó recientemente liberado por PPK.

Uribe Vélez, a las andazas de su émulo peruano, con la promesa de culminar su cruzada "moralizadora", no se resistió a intentar por casi todos los medios su reelección; puso a sus ministros subalternos a cohechar.

Se hizo con dos congresistas, quienes terminaron castigados, lo mismo que los ministros que cambiaron favores oficiales para "persuadir" a Yidis y Teodolindo, la pareja de representantes desconocidos que le hicieron el "mandado". Y el presidente de la fábula siguió indemne.

Ni Fujimori, tampoco Kucynzki son abogados, pero, en cambio, Uribe Vélez, sí se graduó de la U. de Antioquia. No dejó que lo grabaran, y sus "pilatunas" las hizo sin testigos, quienes en caso de que existieran fueran disuadidos de soltar la lengua, a riesgo de perderla.

Así el trompadachín presidente se mantenía entre las lindes de la legalidad, empleando la excepcionalidad de hecho, porque la otra ya la había agotado, con una cohorte de apoyos bien provistos, con el pretexto de acabar con la violencia terrorista.

Con una excepción, el imprevisto desenlace de la causa que llevaba contra el senador Iván Cepeda en la CSJ. Ahora ésta lo tiene emproblemado jurídicamente, porque se interceptaron legalmente sus repetidas llamadas cruzadas con los delincuentes políticos, empujados a acusar y desacreditar a Cepeda. Hay la prueba pública en el respectivo expediente que tiene más de 500 páginas.

El episodio más actual

La trapisonda de PPK, para evitar ser "renunciado" la pagó con el indulto a Fujimori, el siamés del expresidente Uribe Vélez. Se le acusa de ser sobornado por Odebrecht con el recibo de varios millones de dólares desde los tiempos de Toledo, hoy fugitivo de la ley peruana. Pero no es por esta causa que fue ahora retirado del gobierno. Esa sigue pendiente.

Mientras tanto, en Colombia, después que Santos dejó viendo un chispero a su mentor, Uribe Vélez, traicionándolo, éste apoyó a otro candidato, el exministro de economía, Oscar I. Zuluaga, quien ganó la primera vuelta presidencial.

Pero éste, como era la costumbre usó de todos los medios a su alcance, incluidas las coimas de Odebrecht, empleando en ese encargo que se sepa a su hijo, y a un "inocente" acompañante, Iván Duque, el omnívoro aspirante a la presidencia de Colombia, con el descarado apoyo de Uribe Vélez. Todos se reunieron en Brasil para esos efectos.

Como si fuera poco, el rival, el presidente Santos, a través de sus ayudas de campo en la pasada campaña, obtuvieron también dinero de Odebrecht para contrarrestar la posible derrota electoral frente a Zuluaga.

El señor Prieto es la punta del iceberg en esta operación fraudulenta; pero la justicia colombiana con la "diligencia" de la Fiscalía en cabeza de Martínez, exapoderado del potentado Sarmiento Angulo, cofinanciador de las campañas presidenciales, no actúa en consecuencia, porque ha cambio recibe obras civiles, que incluyen puentes caídos, y negociados por esclarecer todavía.

Así las cosas

Tenemos a dos candidatos, el de la reacción y la derecha, untados directa o indirectamente, por los sobornos de Odebrecht, el gigante brasileño con pies de barro. Tales son los casos, en primera persona, Iván Duque, el candidato de la reacción, y su expatrón, Oscar I. Zuluaga, que ahora se integrará en su campaña presidencial.

Así lo recordó al aire, el candidato vicepresidencial, Jaime Araújo Rentería, exmagistrado de la C. Constitucional, cuando respondía a la censura que le hizo la fórmula vicepresidencial de Duque, Marta Lucía Ramírez, quien le dijo: "Ud., no es experto en corrupción, pero sí lo es en defender a los corruptos."

Por interpuesta persona, Germán Vargas, el vicepresidente de Santos, quien recibió coimas para ganar la elección contra Zuluaga/Uribe, se benefició de tales aportes, pero, a diferencia de Humberto De la Calle, no renunció a su vicepresidencia, como es sabido por todos. En términos de sabiduría popular, el que calla otorga.

¿Decencia y anticorrupción juntas?

Los ratones hacen fiesta cuando el gato está de vacaciones, dicen. Pues, no. Esta vez el progresismo que tiene efluvios de izquierda con Gustavo Petro insiste ante propios y extraños, Carlos Caicedo, de un lado, y Fajardo y De la Calle del otro, para que se junten en una coalición que permita ganar la segunda vuelta.

La llamada gran encuesta, aunque no supera las 1500, y le cargó la mano a dos regiones, donde el dominio de Duque/Uribe es obstensible, coloca en en primer lugar a Iván Duque, y también al cruzar los posibles finalistas en todos los casos da exitoso a la joven revelación, Iván Duque.

El segundo en la percepción ciudadana es Gustavo Petro, y se ha mantenido entre el primero y el segundo lugar ahora, por más de un mes. Por lo que es más que obvio, atendiendo a estas mediciones que es el contendor con más posibilidades a la vista.

Sin embargo, las figuras del centro ni siquiera atienden a los consejos de otro gran elector, Antanas, quien se les arrollidó a Fajardo y De la Calle para que pacten una fórmula de unión, y puedan superar el colador definitivo de la primera vuelta.

Mucho menos lo harán ambos, ahora, anunciándose en favor de Petro, a quien la derecha de Vargas Lleras califica como exponente de la izquierda radical y el Castrochavismo en su campaña de descrédito a rajatabla.

Razón de peso para que Carlos Caicedo regrese, por la puerta grande, y no arrinconado por la indiferencia de Petro, para impulsar la convergencia de los tres candidatos, ya no pensando en la "imposible" primera vuelta, sino en la coalición del bloque de la paz contra el de la guerra, los del sí, y su revancha, frente a los del no, coaligados, la derecha y la reacción, durante la segunda vuelta.

Un colofón académico y político

Estamos atentos a lo que nos dirá la nueva encuesta, que se divulgará mañana, para ver qué novedades hay, y qué tanto puede contrastarse con lo ya reportado por Yanhaas. Mientras creamos el Instituto Interuniversitario de Estadísticas y Análisis Político y Electoral, seguimos sujetos a ellas.

Hace 14 años propusimos, crear dicho Instituto; y ahora si que es urgente establecer, teniendo a la U. Nacional como primera interlocutora y gestora del proyecto, porque ya existen terceras fuerzas con real vocación de poder, y los arreglos amañados de antaño ya huelen a rancio.








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