martes, 29 de mayo de 2018

AYER, DELIBERÓ LA JUVENTUD DE COLOMBIA.
DE LA PEROLA AL MONUMENTO A PADILLA.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
Director del grupo Presidencialismo y participación.

"Dejemos en libertad a los votantes." Antanas Mockus, Alianza Verde.

Los jóvenes de Colombia, con el núcleo plural de activistas radicado en Bogotá, ayer lunes 28, deliberaron y llamaron a una convergencia que garantice el mejor rumbo político y social para toda la ciudadanía interpelada y ojalá movilizada para resolver la gran pregunta de la guerra más corrupción, o la paz con el desmonte de privilegios.

Mientras tanto, en la primera deliberación de Alianza Verde, que hace parte de Coalición Colombia, pretende ejercer una neutralidad activa, frente a las dos candidaturas para la segunda vuelta. Y hay otra tesis que plantea un acuerdo nacional sobre lo fundamental que convoque al mayor número de colombianos para un modelo de país que no está aún contemplado, expresado en las dos campañas señalando unas salvaguardias. Esta decisión ocurrirá el jueves de esta semana, con el conjunto de las otras fuerzas que integran la Coalición.

En el entretanto, y en paralelo, escuchamos a través de las redes una cadena de intervenciones de la juventud, cuya presencia aumentó la votación, que volvió a quebrar la abstención. Las primeras voces de jóvenes que abrieron un horizonte posible de cara al 17 de junio, fueron parte de la campaña de De la Calle presidente. Él mismo, ayer, no dejó duda de su compromiso con la paz.

Humberto rechaza cualquier retroceso o la amenaza de hacerla trizas. Enfrentando el "señalamiento" irresponsable de la periodista que lo acusa de difundir un discurso de odio.

Las cuentas de partidas están claras. Entre los dos candidatos que se enfrentan por el favor ciudadano hay una diferencia notable de 2.700.000. Es la que separa a Duque de Petro.

Y como él recordó, sin embargo, la notable diferencia, marca también una caída significativa de más del 40%, por parte del candidato puntero.

Intervinieron otras voces, de todos los colores comprometidos con la paz, la defensa del medio ambiente, el trabajo, la educación pública, la universidad gratuita, el rechazo a la impunidad. Se recuperó la experiencia de los jóvenes que respondieron al voto negativo del plebiscito de la paz, en octubre de 2017.

Esta vez el sitio de reunión se ubicó en el barrio La Soledad, en la localidad de Teusaquillo. Un territorio en el que confluyen estudiantes de diversas universidades públicas y privadas. Los promotores de la reunión no lo hacen para apoyar la aspiración de la reacción política, sino para alinderarse con la propuesta progresista democrática, que tiene a Gustavo Petro como su campeón.

Pero, con una notable precisión. Esta ciudadanía del siglo XXI no renuncia, sino exige autonomía frente al candidato presidencial, en el sentido de no renunciar a la crítica, y al reclamo de reglas claras para posibilitar la participación de todos, en el quehacer de la campaña, que arrancó ayer mismo, en la fría tarde noche bogotana.

Coincide esta movilización deliberativa con la celebración de Mayo del 68, que algunos, como el filósofo francés, Luc Ferry, se resisten a reconocer como la primavera de la participación.

París, Roma, Ciudad de México, entre otras capitales, experimentaron en su propia piel el síntoma mayor del derrumbe del modelo clásico liberal de la representación política.

Fue la despedida de la forma más restringida de participación conocida, la legitimación de las tradicionales relaciones de mando y obediencia. Establecida para beneficio y garantías de las elites gobernantes y dominantes.

La voz y la presencia de los jóvenes colombianos son y marcan la alborada de un nuevo tiempo. Por fin, este 27 de mayo se ajustaron cuentas con la dominación legítima tradicional bipartidista. Están, sin embargo, presentes, lo viejo que se resiste a morir, y lo nuevo que no acaba de nacer, en la solución de esta coyuntura estratégica, la más relevante de la primera mitad del siglo XXI.

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