sábado, 30 de junio de 2018

LA BRECHA MEXICANA: CON AMLO PRESIDENTE, MÁS ALLÁ DEL PROGRESISMO.

miguel angel herrera zgaib
profesor asociado, c.política, unal
Director grupo presidencialismo y participación
Presidente de la IGS-Colombia
Todas las encuestas vaticinan que mañana el ganador absoluto de la elección presidencial será Andrés Manuel López Obrador, un politólogo de la UNAM, exalcalde de Ciudad de México, en el tercer "terco" intento por hacer a un lado al bipartidismo nacido de la revolución mexicana de 1910-1917.

Este bipartidismo cumplió ya más de 80 años de gobernar, de estar en el poder en México, que empezó con el partido de la revolución que cambió de nombre, más de una vez, y su oponente, el PAN. Para lo cual, el PRI incurrió en el fraude, que se sepa, cuando menos, desde 1988.

Esa vez la elección le fue arrebatada a Cuauthemoc Cárdenas, el vástago del último general revolucionario, Lázaro Cárdenas. Después vinieron los fraudes contra Amlo, la primera vez enfrentando al candidato Felipe Calderón, del PAN, en el año 2006, quien le ganó por 243.934 votos.

Después del primer fraude,

El partido de Cuauthemoc,. el PRD, se fue desdibujando y deteriorando, aunque llegó a gobernar Ciudad de México, y allí fue carcomido por la corrupción. De éste se desprendió Andrés Manuel, un príista rebelde, tabasqueño, quien fue ganando presencia e influencia defendiendo la causa de los subalternos.

Pero, no fue suficiente salir del PRD, después de haber dejado el PRI, sino que tuvo que crear una nueva organización, con militantes y dirigentes venidos de diferentes corrientes y tendencias, para darle norte ideológico, en pluralidad, y permanencia a su disputa por la presidencia de México.

Bajo fórmulas asamblearias, que en parte, aprendieron de la experiencia zapatista del EZLN, se le dio entidad partidista a MORENA, al movimiento de la regeneración nacional, una sigla que recupera la historia de la lucha proletaria subalterna,

Era esta una lucha paralela con el tiempo de la revolución mexicana, con el liberalismo anarquista de los hermanos Flores Magón, quienes publicaban Regeneración, fuente de debates y orientaciones revolucionarias,

La singularidad de MORENA

Conversando con el profesor investigador, Luciano Concheiro, un militante comunista, quien hace parte de la dirección de Morena, desde su fundación, me comentó cómo, la caracterización de la nueva organización, la resolvió una joven militante de base, asistente a la asamblea fundacional.

Había una tensa discusión entre dos tendencias, muy dispuestas, casi sectarias, las que hablaban de partido, y la que se inclinaban por movimiento. El fiel de la balanza para zanjar esta diferencia era el presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, pero renunciaba a serlo, y consultaba a la audiencia.

La voz de la joven zanjó la discusión: propuso llamarlo partido movimiento, y todos quedaron persuadidos. Dicho lo cual, este es el doble carácter de la agrupación que con López Obrador, en la tercera oportunidad, aparece como ganadora casi indiscutible mañana, cuando acuden a las urnas más de 89 millones de mexicanos.

Una mirada a las encuestas

Una firma consultora, MItofsky de Roy Campos, que no afecta a MORENA, cuyos resultados reproduce El Tiempo, diario de derecha colombiano, indica que, sobre una base de 1000 encuestados, Amlo tiene el 48,1% de favorabilidad. Lo siguen Ricardo Anaya (PAN), abogado de 39 años, con 25,1%, es el candidato de la reacción neoliberal; y el tercero es José Antonio Meade, un economista y abogado, con una amplia trayectoria burocrática, pues fue antes titular en tres secretarías. ES el aspirante presidencial del PRI, con el 22,5% de favorabilidad, y nadie piensa que pueda ganar la elección de mañana.

El cuarto lugar lo ocupa El Bronco, Jaime Rodríguez Calderón, un candidato "palero", como dicen en México, a quien se lanzó y patrocinó con la esperanza de explotar el sentido común tradicional, y restarle subalternos al voto por Amlo y Morena, pero esta estrategia fracasó. En cambio quedó el contradictorio protagonismo del bigotón, que algunos le encuentran parecido con Chente Fernández, el rey de las rancheras.

A López Obrador se le define como izquierdista, pero, la verdad sea dicha, él no lo es. Tampoco es un progresista, mucho menos un socialista del siglo XXI, pero, sí un nacionalista popular, de la tendencia liberal socializante, que lo aproxima, haciendo una comparación con la política colombiana, al programa de Jorge Eliécer Gaitán, cuando ganó las elecciones de mitaca en 1947.

¿Quién ganará la disputa hegemónica?

"México es un país libre y soberano, y nunca será piñata de ningún gobierno extranjero." Palabras de Andrés Manuel López Obrador.

Andrés Manuel y su dirigencia plural han mostrado la habilidad y el músculo político, que apoyados en su carisma, y filiación popular, además del antecedente de su gobierno de la capital, se tradujo en juntar todas las fuerzas subalternas, urbanas y rurales, a lo largo y ancho de la república, al tiempo que resistiendo tres campañas seguidas, emulando con la persistencia de Ignacio Da Silva, Lula.

Pero, hay un paso más definitivo, su aproximación con un sector clave del empresariado mexicano. Tal es el significado de su conversación con Alfonso Romo, hoy coordinador general del proyecto de nación, 2018-2024. Poncho, cuyo tío bisabuelo era Gustavo I. Madero, quien vivió un histórico robo electoral, al que respondió con el Plan de San Luis, antecedente del estallido revolucionario a comienzos del siglo XX. Él es el garante de la unidad con una parte del capital financiero y agroindustrial del norte de México.

Con estos antecedentes, Lopez Obrador, a una semana de la votación, marca algo más del 60 % de favorabilidad, en una encuesta practicada a 5000 potenciales votantes. Así las cosas, más de 50 millones, mañana le darán la victoria; y nuevo brío al proyecto revolucionario que vivió una acelerado desmonte, después de la década pérdida de los años 80 del siglo pasado.

Siendo los campesinos, indígenas y población de las grandes ciudades los más perjudicados. Es decir, 60 millones de pobres, y éstos se han alineado con el programa del tabasqueño, quien tiene especial empatía con todos, y sus luchas. Para los más golpeados, él ha ofrecido, cuando sea presidente, precios de garantía, para reanimar su vida y economías locales.

A sacar el buey de la barranca

"Su estigma (el de Amlo) es más de luchador social, que no tiene que ver con la guerrilla." Roy Campos, director encuestadora Mitofsky.

El plan económico y social que une a grupos y clases subalternas, con parte considerable del empresariado nacionalista mexicano, tiene que sacar al país de una productividad que apenas alcanza el 2.0 %. La expectativa es la de alcanzar en el corto plazo el 3.5 %, para lo cual, Poncho y Amlo buscaron alinear, con comprobable éxito, al 80% del empresariado del lado del proyecto de Morena.

Es el resultado, según decir de Madero, de la elaboración de un plan trabajado por más de 9 meses, que se discutió y aprobó en la reunión del Auditorio Nacional, entre 100 empresarios, y 90 militantes de Morena. Con ellos constituyeron el Frente Ciudadano, para ganar las elecciones del 1o. de julio, y avanzar enseguida en la recuperación de México.

El resultado del TLC con Canadá y Estados Unidos no mejoró la vida de los pobres y los trabajadores mexicanos. Millones han seguido la ruta hacia el norte, en busca de una vida mejor. Tal deterioro impulsó la emigración hasta alcanzar una población de mexicanos superior a los 15 millones con asiento en los estados colindantes con el río Grande. Luego han avanzado oleadas sucesivas hacia el este y el centro de la república federal americana, de ilegales transhumantes que se refugian en las ciudades santuario como Los Angeles, San Francisco, Nueva York, o Chicago.

Una vez López Obrador sea proclamado presidente de la República Mexicana tendrá que entrar a tratar con su rival fronterizo, Donald Trump, quien vió frustrada su intención de terminar el muro que impida el acceso de mexicanos y pobres de toda Latinoamérica y el mundo hacia la metrópoli imperial. Al igual que suspender la medida de separar a los niños de sus padres, cuando transpasan de manera ilegal las fronteras que los ponen en contacto con el sueño americano.

Con este triunfo se rompe el cuadrilátero de hierro neoliberal, que en la política regional conforman Chile, Perú, México y Colombia como aliados de la república imperial estadounidense. Con el nuevo presidente, se abre también un compás de espera que enfrente la pretensión de romper el proyecto alternativo de organización continental que propuso el presidente Chávez en su momento de ascenso y protagonismo internacional.

Es el tiempo de renegociar los TLC con Norteamérica, y de repotenciar los proyectos Unasur y Celac, cuyo desmonte pregonan desde la OEA, Luis Almagro e Iván Duque, el presidente de Colombia recién electo, quienes tienen a la república bolivariana de Venezuela entre ceja y ceja. Aprovechando los errores de política, y la destorcida del modelo extractivista minero energético, que le ha tocado enfrentar el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Sin embargo, la elección presidencial es mañana, y lo demás son conjeturas, que tienen que ser ratificadas en las urnas. A partir del 1o. de julio, América Latina no será la misma. La mirada hacia el norte tendrá como referente otra luminaria.

El triunfo futbolero mexicano, con la dirección del colombiano Juan Carlos Osorio, será un grato antecedente de una asociación que ayude en lo político a rectificar el rumbo del triunfo coaligado de la reacción y la derecha de Colombia, cuyos ademanes preliminares han sido los de querer patear el tablero de la paz. La relación con el México de Morena permitirá que la democracia colombiana equilibre el falso triunfalismo del bloque de la guerra y el neoliberalismo hirsuto.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario