lunes, 23 de julio de 2018



¿CON QUÉ PAÍS NOS TOPAMOS EL 20 DE JULIO?

Miguel Ángel Herrera Zgaib
Profesor Investigador, Unal. Director Grupo Presidencialismo y participación. Presidente de la IGS-Colombia.

“Cuiden la paz, porque es el bien más preciado que tenemos.” Juan Manuel Santos, discurso de instalación del Congreso.


                                                            El penúltimo obstáculo con que se tropieza el joven presidente de Colombia, votado mayoritariamente por la reacción y la derecha, Iván Duque, testigo presencial de la transacción con Duda Mendoca, testaferro de Odebrecht, en la pasada presidencia, es la definición de quiénes estarán al frente del Congreso, y hasta el pasado jueves, Nancy Patricia Gutiérrez, escogida para el mininterior, fracasaba.

Con la presencia directa del senador Uribe se persuadió a la dupleta de Cambio Radical y Partido de la U, al ofrecerle suficiente “mermelada tóxica” a sus máximas dirigencias, para que acepten en el primer año, a Ernesto Macías, para presidir el senado, mientras que será un liberal, Alejandro Chacón, de Norte de Santander, para presidir la Cámara. En los siguientes años vendrán los desquites.

Antes, al borde de vencerse los plazos, el defectuoso CNE declaró y entregó las credenciales a los congresistas que el 20 de julio, en ceremonia bochornosa, recuerdan en el papel, la “relevancia política” de la soberanía popular, que de manera indirecta representan, porque así lo estableció el art. 3o. de la Constitución de 1991.

El presidente saliente, quien dio inicio a la disputa  del bloque en el poder por la hegemonía política, social y cultural, firmando la paz con las Farc-Ep, que transformadas hoy en el partido Farc, hacen presencia en la instalación del Congreso, con dos que tres ausencias significativas. Una inducida, la de Jesús Santrich, acusado de narcotráfico por el gobierno estadounidense, y la otra, de Iván Márquez, quien protesta contra esta acción de la Fiscalía de Humberto Martínez, y el modo cómo el congreso que termina bloqueó y reformó la ley estatutaria de la JEP.
Durante la intervención del presidente Santos, el senador Uribe, hizo en su twitter más de 60 réplicas, recordando entre otras que la elección de su rival fue ilegal. Construía un contra-discurso, que a la vez hacía mutis por el foro de la corrupción en sus propias filas, para entonces y ahora.
Así entramos en el momento más relevante de la tensión entre el régimen para-presidencial y la democracia subalterna en la Colombia, la etapa del posconflicto, cuyo primer episodio lo cierra la elección presidencial. El segundo lo define la dirección del nuevo Congreso, que parcialmente renovado queda bajo la conducción parcial, no suficiente, del CD, durante el primer año.
El tercero de los momentos se resuelve en la elección de alcaldes, gobernadores, concejos y asambleas del año 2019. Porque allí se confrontan las trincheras de la pararepública, que tiene sembradas sus casamatas desde 1999, cuando la reacción uribista y el bipartidismo tradicional sellaron un pacto en contra de la insurgencia subalterna que ensaya el tránsito a una guerra de posición militar, que condujo al apoyo de su principal aliado estratégico continental, el gobierno de los Estados Unidos .

¿Equilibrio de poderes?

Esta vez hay un incremento en los integrantes del Congreso, como resultados del Estatuto de la Oposición, recién sancionado por el presidente saliente, donde se reconoce al segundo partido o coalición en la elección un senador, y representante, respectivamente. Este es el caso de Colombia Humana, con Gustavo Petro Orrego, y con Angela María Robledo, con quienes se oficializa la denominada Bancada por la paz, la vida y la democracia.

Estos casi 50 congresistas de la oposición enfrentarán e intentarán controlar los desmanes de la bancada de la guerra, que encabeza el partido del presidente Duque, con su maltrecho “escudero”, Álvaro Uribe, el chalán caído. Eso sí, entre los dos bloques aparece una ilusoria fiel de la balanza política, al menos hasta pocas horas de la instalación del Congreso el 20 de julio.
Con el liderazgo de Germán Vargas Lleras, uno de los grandes “quemados”, éste insistirá, ante su antigua lugarteniente, Nancy Patricia, emisaria de Duque, en que el congreso lo presida Germán Varón, a la cabeza del senado. 

A nadie se le ocurre pensar que Cambio Radical y el Partido de la U pacten con los 6 partidos que constituyen el bloque de la paz, en cuyo caso la oposición tendría por primera vez la oportunidad de estrenar, efectivamente, los checks and balances, propios de los inventores del presidencialismo moderno, los padres fundadores de la gran nación americana.
En la bancada por la paz, la vocería circunstancial la tiene el senador Iván Cepeda, quien por lo demás, en ningún caso ha cerrado puertas al diálogo con la coalición que eligió al presidente en la segunda vuelta.

Novedades en la elección de congresistas

Ya se definió un buen acuerdo, aunque el partido de la U, no obtuvo ninguna presidencia. Armando Benedetti, senador,
                                                               Con inocultable atraso, el CNE entregó credenciales, y de lo decidido aparece el siguiente reparto de curules: 19 senadores para el CD, 16 para Cambio Radical, 14 Partido de la U, 14 Conservadores. De los componentes de la Bancada por la paz estos son los números: Verdes con 9, Polo con 5, Decentes 3; igualmente tienen 3, tanto el Mira, como el grupo cristiano Colombia Justa Libres.

En la Cámara esta es la distribución de fuerzas; 35 Liberales, 32 del CD, 30 CR, PdeU, 25, Conservadores 21. En la Oposición, los representantes están distribuidos así: Alianza Verde, 9, Decencia, 2, PDA, 2, Mais, 1. Y un tercer grupo, donde cuentan Opción Ciudadana, 2, Mira, 1, Colombia Justa Libres, 1, Coalición Alternativa Santandereana, 1.
Igualmente están los 5 representantes y 5 senadores que corresponden al partido Farc, como compromiso cumplido de los Acuerdos de Paz. Estas cuentas generales no variaron en mucho lo establecido en el preconteo del 11 de marzo.

Recordemos también que Cambio Radical perdió un senador, Antonio Guerra, y en su lugar entra, Ana María Castañeda. El CD confirmó a José Obdulio Gaviria como el senador 19 de su lista abierta. Hubo 4.000 reclamaciones tramitadas, y la impugnación de la primera vuelta electoral.

Hechas estas sumas y restas de última hora, hay preguntas acerca del porqué de tales variaciones en las cuentas del 11 de marzo. Más la doble paradoja, en dos orillas opuestas, de la autorización de credencial para Jesús Santrich, detenido a órdenes de la Fiscalía por cargos de narcotráfico hechos por una autoridad estadounidense con el pedido de extradición; y la otra es la credencial para la conservadora Aída Merlano, a quien el mismo día la Corte Suprema cita para responder a cargos.

En la sesión del viernes se presentó la protesta de Gloria Flórez, quien era senadora, según los votos contabilizados hasta el día jueves, pero el CNE no validó tal votación. Así que Gloria se sentó en medio de Gustavo Petro y Ángela María Robledo encarnando una rebeldía pública.

(continua)

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