sábado, 28 de diciembre de 2019

Con Martín Caparrós, un paso adelante, y dos atrás.
miguel angel herrera zgaib, ph.D.

Martín Caparrós es un excelente periodista argentino, independiente y ensayista, curtido por los tiempos bestiales de las dictaduras. No dudo que en ningún momento pensó que le tocara asistir a esta "destorcida" de los subalternos, pobres y humildes, retrotrayéndose al periplo que arranca, probablemente, en 1789.

Sin embargo, de otra parte, al leer su sustancioso ensayo, éste, no hay una clara delimitación de una reflexión que arranca, al parecer, con Alexis de Tocqueville, un noble que visitó a los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX, y quien se atrevió a compararlo con el viejo continente, y, en particular, con el ancien règime.

Entonces destacó que la igualdad social era más cierta, en términos de ausencia de privilegios, en la tierra norteamericana, por supuesto, descartando la debacle de los grupos aborígenes y nativos, desvastados en igual o peor medida que los bisontes.

En todo caso, lo que quiero diferenciar, a propósito del artículo de Caparrós, y para nuestras calendas y tierras, es la necesidad de precisar las distinciones entre igualdad social y la económica.

Porque entre otras cosas, hacerlo, de ninguna manera conduce al socialismo de diversos pelambres, sino también a aspectos doctrinales de lo que algunos tratadistas y estudiosos denominan liberalismo social, o socializante, en la medida en que para hablar de la utopía de la igualdad de oportunidades.

Es necesario primero establecer una igualdad de condiciones que habiliten para hacer, al menos ejercicios de gimnasia democrático-representativa.

Esto es relevante para la Colombia que se reforma, en los textos constitucionales,. Más aún cuando el art. 13, tantas veces manoseado pone en cabeza del estado que se quiere legitimar en 1991, la tarea de promover que la igualdad sea real y efectiva. Lo cual borra con el codo al constitucionalizar de manera simultánea la apertura neoliberal que colocó a Colombia en el tercer lugar como país más desigual del planeta.

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