domingo, 24 de enero de 2021

 LA SAGA DE LOS BUTTIGIEG, JOE Y PETE, EN NORTEAMÉRICA

Miguel Angel Herrera Zgaib, PhD.
Presidente de la IGS-Colombia.
Cofundador de la de la Red Latinoamericana y Caribeña de Estudios Gramscianos.


Aquí y ahora , tenemos la postulación del secretario de transporte de los EUA, Peter Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana, graduado de Harvard y Oxford, con la beca Rhodes. Es el único hijo del colega y compañero Joe Buttigieg, fundador de la International Gramsci Society, la que presidió hasta su fallecimiento, que se produjo, y aun lo lamentamos, un año después que nos visitó en Bogotá.

Su padre nos acompañó en las deliberaciones del XIV Seminario Internacional Gramsci, organizado por el Grupo presidencialismo y participación y la Sociedad GlobAL Gramsci. Con Joe instalamos la IGS-Colombia, que es uno de los basamentos fundacionales de la Red Latinoamericana y Caribeña de Estudios Gramscianos que creamos en el año 2019, como fruto de la participación interactiva de la asociaciones hermanas de Brasil, Argentina y México.

A disposición de los proyectos e individuos dedicados y comprometidos con la obra y legado de Gramsci en América Latina, y en otros países y continentes. Suerte para el nominado Pete Buttigieg, quien dio prueba de sus calidades y compromisos, delante de sus compatriotas y ante la causa del mundo.
De padre comunista a político pluralista demócrata

Quedó claro para todxs que Peter Buttigieg es un pluralista y tiene un compromiso con la inclusión de todos los seres humanos, y lo probó al contraer nupcias con el activista LGTBQ, Chasten Glezman, un maestro, en junio de 2018. No es ateo ni cultor del legada marxiano, ni un gramsciano que se sepa.

Es Pete un ejemplo aggiornado de Piero Gobetti, a sus años. Era un liberal, amante del teatro, interlocutor del Gramsci anterior a los Cuadernos de la Cárcel, cuando escribía una columna para L´Ordine Nuovo. Fue perseguido por el fascismo, y golpeado mortalmente, cuando se encontraba exiliado en París, hasta donde lo persiguieron por su firme posición de defensa de las libertades civiles y políticas.

Su activismo en la publicación la Revolución Liberal, suspendidas también las contribuciones a las publicaciones del PC de Italia, al ser ilegalizadas por los decretos de estado de excepción del gobierno Mussolini, tuvo que irse a Francia, donde falleció.

Pete Buttigieg se probó por varios años como alcalde eficiente, y como militante de la causa gay, y contrayendo matrimonio con su pareja en ceremonia pública. Probó sus simpatías, y disposición para gobernar, recordando que también fue militar en Afganistán, donde contribuyó a la derrota final de la presencia soviética.

Tales designios no eran, por supuesto, los de Joe Buttigieg, el intervencionismo estadounidense, entre otras razones, por ser él un maltés amigo personal, por ejemplo, de Edward Said, y la causa palestina. Por ser un antiimperialista, y un comunista demócrata.

Con esas influencias familiares creció el nuevo secretario de transporte, quien desistió de su candidatura a la presidencia para apoyar la de Biden, que lo prueba como un moderado amante de las libertades civiles, al menos en su país de origen. Veremos en qué sigue esta saga presidida por tantos interrogantes.


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